lunes, 5 de diciembre de 2011

Capítulo 11.

*Narra Sara.


Luz. ¡LUZ! ¡Bien, bien, bien! ¡He abierto los ojos! Apenas veo algo y aún me duele todo el cuerpo, pero... ¡veo! Poco a poco voy viendo un poco mejor. Distingo a... Roberto y... y a Carlos. Mi Carlos...
- ¿Sara? - dijo él.
- Carlos... - dije con apenas un susurro. - Roberto...
- ¡Sara! - gritó mi hermano.
- ¿Ha despertado? - preguntó el médico.
- Sí... - dije yo de nuevo con un sonido apenas audible.
- Es un milagro... - dijo el médico.
- Lo sé. - escuché decir a Carlos.
- ¡Es fantástico! - casi gritó mi hermano.
- Bueno, nos la llevaremos para hacerles unas pruebas para ver si todo está bien.


***

Hace dos meses que salí del hospital. Me fui recuperando poco a poco, y estoy genial. Sigo viviendo con Carlos y Roberto, y lo cierto es que nos llevamos bastante bien. El día que me dieron el alta, aún no me lo podía creer... Y en la puerta del hospital tenía una sorpresa...
- Entonces... ¿ya puedo irme? - pregunté incrédula. Ya era hora de que saliera.
- Sí. Estás perfectamente. - contestó el doctor.
- Menos mal... - suspiré. - Roberto, ¿dónde está Carlos? - le pregunté a mi hermano.
- Está en casa, tenía cosas que hacer.
- Ah... - dije un poco decepcionada. Lo cierto es que me hubiera gustado que estuviera aquí cuando yo saliera, pero bueno, no importa. Seguro que lo que tiene que hacer es importante.
Salgo por la puerta y me lo encuentro con un ramo de rosas en la mano y una carta. 
- Qué... ¿qué es esto? ¿Tú no tenías cosas que hacer?
- ¿De verdad pensabas que no iba a venir el día que salieras?
- No... bueno sí... bueno... no sé.
- Jajaja... - se rió. - Esto es para ti. - cogí el ramo de rosas y fui a abrir la carta, pero me lo impidió. - No, la carta no.
- ¿Cómo que no? - pregunté confusa.
- La carta no se abre.
- ¿Y se puede saber por qué?
- Bueno... porque esta carta quiero que la tengas, por si algún día me pasa algo, o me tuviera que ir, la leas. Pero aún no.
- Bueno... vale. Pero... ¿y si no la leo nunca?
- Pues... mejor, ¿no?
- Sí.
Aún tengo la carta guardada, espero no tener que abrirla nunca.. Desde que salí, me ha tenido preparada cada sorpresa... que no sabría ni cuál describir, porque todas han sido perfectas. Me quiere, lo sé, y yo a él como jamás había querido a alguien. En cuanto al instituto, había encontrado uno que estaba cerca de donde vivía Roberto, y me va bastante bien. Tengo, digamos, un "grupo de amigas". Y son bastante majas. Hoy, es sábado, y estoy terminando tarea de lengua, y también estoy esperando a que llegue Carlos, que había ido a comprar unas cosas en moto, así que volvería en seguida. En cuanto llegue, nos iremos a dar un paseo y cenaremos por ahí. Yo ya estaba vestida, estaba harta de la tarea de lengua, pero pensé que cuanto antes la hiciera, mejor. Entonces llamaron a la puerta de mi habitación.
- ¿Se puede? - preguntó mi hermano.
- Pasa.
- Me voy. He quedado con algunos amigos.
- Vale, ten cuidado y no vuelvas tarde.
- Se supone que el que debe decir eso soy yo, no tú. - dijo en tono divertido.
- Da igual, yo soy la chica, yo soy la madre. - dije con una sonrisa.
- ¡Adiós! 
Y se fue. Pasó un rato, y yo ya había terminado la tarea de lengua, pero Carlos no llegaba. Quizás había mucha cola en las cajas, o vete tú a saber. Estoy aburrida... muy aburrida. Iré a buscarlo, así me entretendré un rato. Cojo mi chaqueta, mi móvil y las llaves y me voy en su búsqueda. Hace un poco de frío, pero es soportable. Al llevar un rato caminando, vi a un montón de gente alrededor de algo, que no podía ver. Algo me daba mala espina. Escuché la sirena de la policía y de la ambulancia. Bah, paso de mirar, seguro que ha sido cualquier tontería, que aquí lían una para cada tontería... Seguí andando pero me quedé mirando de paso un poco. Entonces pude ver a un hombre saliendo de un coche bastante alterado y mirando al suelo, o a algo, llorando, nervioso, lamentándose o arrepintiéndose. Distinguí que tenía una herida en la ceja, pero nada más, no sería nada grave. Entonces sentí curiosidad por ver quién había sido con el que había chocado, aunque lo más probable es que no lo conociera. Conforme me fui acercando, pude distinguir bolsas de la compra con comida por ahí tiradas en el suelo. Me acerqué y vi una moto en el suelo. Cuando me acerqué un poco más, preferí no haberme acercado. Era una moto como la de Carlos... Pero no tenía por qué ser la suya, ¿no? Habrá más gente con esa moto, ¿verdad? Es una moto cualquiera... Fui corriendo abriéndome paso entre la gente lo más rápido que pude, y muchos se quejaban y decían algún que otro insulto, pero tenía que correr. Cuando pasé toda la zona donde estaba la gente, caí al suelo de rodillas. Era Carlos. No, Carlos no... No puede ser. Y está... inmóvil, no se mueve, ni si quiera respira, el casco está por allí revoleado. Me acerqué como pude a él, pero me alejaron unos policías y los de la ambulancia.
- ¡No se lo lleven! ¡Quiero que se quede aquí conmigo! - dije yo, suplicando y lamentando.
- Tenemos que llevárnoslo al hospital. 
Todo me empezó a dar vueltas, la tarea de lengua, mi hermano se iba, yo saliendo de mi casa, viendo toda la gente, viendo las bolsas y el coche, luego la moto, viéndolo a él... Y no recuerdo nada más.


***
Abro los ojos poco a poco, estoy en casa. Miro hacia un lado y allí está Roberto.
- Menos mal que has despertado, estaba preocupado, Sara.
- ¿Qué... qué ha pasado? - empecé a recordar todo poco a poco... la tarea de lengua, mi hermano se iba, yo saliendo de mi casa, viendo toda la gente, viendo las bolsas y el coche, luego la moto, viéndolo a él... - ¿Dónde está Carlos? - Roberto apartó la mirada.
- Sara, verás...
- Roberto, ¿Dónde está?
- Sara...
- ¡Dilo de una vez!
- Carlos ha... ha muerto en el accidente.



2 comentarios:

  1. What??!!!Como que muerto??!!! No nos dejes así!!!! Publica cuando puedas, plis!!! Me has dejado....ufff:)
    Un beso, Any

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  2. ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! ¡¿PERO COMO PUEDES HACERNOS ESTO?! ¡ERES CRUEL! ¡NO PUEDES DEJAR QUE CARLOS SE MUERA ASÍ COMO ASÍ..! NO, NO PUEDES... :'(
    Ah, por cierto, creo que te has equivocado aquí, mira: - Iván... - dije con apenas un susurro. - Roberto...
    Has puesto Iván en vez de Carlos.
    Publica muy, muy, muy, muy pronto. Un beso. :D

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