lunes, 17 de octubre de 2011

Prólogo.

Asustada. Estoy realmente asustada. ¿Qué puedo hacer? Me siento totalmente impotente. No puedo hacer nada, nada... Estoy atada a... ¿un poste? No lo sé, esto está demasiado oscuro. Necesito salir de aquí, escapar, pero era difícil concentrarme con lo que está pasando delante mía.
- ¡Ah! - gritó mi madre.
Tengo ganas de gritarle a ese capullo que la deje, que no le haga más daño, pero tampoco puedo: el idiota me puso una venda en la boca. Cierro los ojos. No puedo seguir viendo esto. Es demasiado doloroso. No paro de llorar. A mí no me está haciendo nada, pero esto me duele más que si me pegara una paliza a mí. ¿Qué hago, qué hago? Y pensar que todo empezó de una forma tan estúpida...
- Cariño, ¿me acompañas a comprar? - me preguntó mi madre.
- Sí, claro.
Bajamos y cogimos el coche para ir al supermercado. El parking estaba lleno, y por alrededor no había sitios libres para aparcar, así que aparcamos un poco más lejos. Bajamos del coche y cuando íbamos a pasar una esquina. Dos hombres se pusieron en frente de nosotras. Tenían pinta de ladrones, y tenía miedo. Apreté el brazo de mi madre.
- Deme todo el dinero que llegue, señora. - anda, educados...
- Eso, dénoslo. - dijo el otro.
- Pero...
- ¿Acaso va a protestar? - le cortó un hombre a mi madre. - No nos gustan las protestonas...
Después de eso todo pasó demasiado rápido. Un hombre le pegó un puñetazo a mi madre y la cogieron entre los dos para meterla en una furgoneta. Yo gritaba, impotente, ya que no pasaba nadie por allí.
- Eh, tú también vienes.
Me cogieron y me metieron también en la furgoneta. Y me pusieron ese pañuelo horrible.
Todo fué tan rápido... ¿Por qué? Yo estoy a salvo, al menos eso creo...
- Yo me ocuparé de la madre. - dijo uno.
- Y la cría, ¿qué?
- No sé, ya veremos, tú ahora ve a casa a por las cosas para no dejar huellas.
El hombre salió de esa especie de garaje, pero antes me dijo:
- Y tú, niña, como se te ocurra contarle esto a alguien, te meterás en un lío. Si acabas viva, cosa que dudo, te inventas una paranoya o algo, pero NADA que nos implique a nosotros. ¿Está claro?
Asentí con la cabeza rápido, ya que estaba nerviosa, con miedo, y llorando.
- Buena chica.
Y dicho esto se dio media vuelta.
Y ahora ahí está el otro, matando a mi madre... Tengo que escapar de cualquier forma... ¿Pero cómo me desato de donde estoy? Tenía puesto una especie de pañuelo, y había intentado un par de veces zafarme de él pero de una forma muy bruta por los nervios, tal vez si lo intento despacio, puede que lo consiga. Empiezo a moverlas de una forma lenta, intentando concentrarme lo máximo posible, ya que los gritos de mi madre no paran.
Casi me doy por vencida, pero al fin, conseguí deshacerme de el pañuelo. Estaba libre. La puerta estaba cerca de mí pero... ¿y mi madre? ¿La dejo allí tirada? Pero no hay otra opción... si no me pillarían... Me levanto y, andando lo más rápido que puedo sin hacer ruido, me acerco a la puerta y giro el picaporte intentando hacer el menos ruido posible. La abrí, bien. Salí de allí y la cerré lentamente. Una vez estuvo cerrada, corrí, sin dirección, simplemente corrí. Huyendo de allí. Mientras corría, mil lágrimas caían por mis mejillas, pero no podía contarle a nadie lo que me pasaba, el hombre me amenazó... Esto que ha pasado no lo contaré nunca, tendré que vivir con ello.
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Aquí os dejo el Prólogo. ¿Qué os parece? Espero que os guste. Un beso.

2 comentarios:

  1. Sin...palabras. Dios que prólogo!!!Ya quiero leer el primer cap:P
    Sigue:D
    Un beso...Any

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  2. Pobreee pero k le van a acer a la madre??BUENO SIGO LEYENDO XD

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