*Narra Carlos.
Había pasado un mes desde que Sara estaba en coma. Yo iba todas las tardes a verla, con la esperanza de que despertara, pero no despertó ningún día. ¿Se acabaría este sufrimiento? Ahora mismo estaba al lado suya, mirándola sin saber qué hacer. Esperando, como los otros días. Se abrió la puerta y era el doctor.
- Tenemos que comunicarle una cosa. - empecé a tener miedo.
- ¿Qué pasa?
- Carlos... No despierta, y pensamos que jamás despertará... Tenemos que desconectarla.
- ¿¡Cómo puede decir eso!? - se me saltaron las lágrimas, pero no dejé que cayeran. - ¿¡Cómo puede decir que jamás despertará!? ¡No puede desconectarla!
Se hizo un silencio bastante incómodo. El doctor iba a salir, pero antes dijo:
- Esta tarde es la última, Carlos. Por la noche la desconectaremos. Lo siento.
Dicho esto salió y cerró la puerta. No puedo dejar que la desconecten. Marco el número de Roberto.
- ¿Si?
- Tienes que venir, ya.
- ¿Qué ha pasado? ¿Despertó?
- No... Esta noche la van a desconectar. - se quedó un rato cayado.
- ¿¡Qué!?
- Lo que oyes. Tenemos que hacer algo, no podemos dejar que la desconecten.
- Voy al hospital. - y dicho esto, colgó el teléfono.
La espera se me hizo interminable, pero al final llegó, al cabo de un buen rato. Estuvo bastante rato hablando con los médicos, suplicando, llorando, rogando que no desconectaran a Sara.
- Por favor... No pueden desconectarla...
- Lleva un mes en coma, y pensamos que no despertará. No podemos seguir adelante con esto, no podemos dejar que piensen que va a despertar cuando no lo hará...
Cuando dijeron esto, Roberto se quedó helado. El médico salió de la habitación, dejándonos solos. La tarde pasaba, y no conseguíamos nada. Yo me derrumbaba de vez en cuando, no me puedo creer que vaya a perderla, aún tenía esperanzas...
*Narra Sara.
- Por favor... No pueden desconectarla... - espera, ¿desconectarme? No me han dado tiempo para ser fuerte y despertar...
- Lleva un mes en coma, y pensamos que no despertará. No podemos seguir adelante con esto, no podemos dejar que piensen que va a despertar cuando no lo hará... - ¿¡un mes!? ¡Es imposible!
Escuché la puerta cerrarse. Un mes... no puede ser que lleve un mes así... ¡Cómo habrán estado Carlos y mi hermano! ¡Tengo que despertar! Por mí, y por ellos... Pero es demasiado duro, demasiado difícil... Aún así tengo que conseguirlo... Sara vamos, tú puedes, haz un esfuerzo...
*Narra Carlos.
La noche, por desgracia, llegó. No hubo novedades, no dio señal alguna de que fuera a despertar. No podía creerlo... Definitivamente, la he perdido. Ahora... ahora nada tiene sentido. Mi vida se va con ella, con Sara... Llegó la hora. El médico entró, y Roberto y yo estábamos allí, inquietos, impotentes de no poder hacer nada. La desconectó. El constante ruido de máquinas en la habitación cesó. Y cuando lo dejé de escuchar, empecé a llorar como nunca antes había llorado.
- Lo siento. - dijo el médico.
- Yo... no puedo quedarme aquí. - dijo Roberto, y acto seguido salió de la habitación.
- Deberías salir... - empezó a decir el médico.
- Quiero quedarme con ella un tiempo más... - dije con voz quebrada.
- Como quieras... - entonces el médico también salió.
Me quedé completamente solo en la habitación, con ella... No podía decir cómo estaba ella. Le di la mano, que estaba más bien fría, y le dí un beso en la frente. Me senté en la silla que estaba al lado de la cama y me quedé mirándola. De repente, sentí como algo me apretaba un poco la mano, y cada vez me apretaba más fuerte. La miré, y era su mano. Ella me estaba apretando la mano.
- ¿Sara? - la apretó un poco más fuerte. - ¡Sara!
Entonces salí corriendo al pasillo y vi que había una enfermera cerca, entonces le dije:
- ¡Por favor! ¡Llame al médico! ¡Está dando señales de vida! ¡Y avise a Roberto López, por favor!
Entré de nuevo y le cogí las dos manos, mirándola esperando.
- Sara, si puedes escucharme, apriétame la mano otra vez, por favor. - me apretó la mano. - ¡Dios mío! ¡Estás viva, Sara!
Me quedé mirándola un rato más, y abrieron la puerta. Me giré a ver quién era y era Roberto.
- ¿Es verdad? - dijo él.
- Sí. - entonces le dejé que le cogiera una mano. - Dile algo.
- Sara... - dijo Roberto indeciso. - ¿Me escuchas? - entonces vi como ella le apretaba un poco la mano, y a Roberto se le saltaron las lágrimas. - Es increíble...
- ¿Y el médico? - pregunté.
- Dijeron que ahora vendría.
Me quedé un rato más mirándola, cuando noté que los párpados empezaban a temblarle, dando señal de que quería abrir los ojos.
- Roberto, mira.
Entonces los dos nos quedamos mirándolas, impacientes, cuando por fin abrió los ojos. Aquellos preciosos ojos.
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Bueno... ya sé, tardé mucho en publicar, y lo siento, pero apenas tuve tiempo, de verdad.
Espero que os haya gustado.
Ah, una cosa... Si tienen tiempo, me gustaría que entraran en Love. Live. Laugh , es una especie de "blog" que hice, pero no es un blog, si no un tumblr. Espero que les guste.
Un beso a todos.
¡Pooooooor fin! ¡Sara ha despertado! ¡Yuuuupi! Jajajajajaja. Y volverá a estar con Carlos..., que mal lo tendrá que haber pasado durante un mes, el pobre. :(
ResponderEliminarPublica pronto, porque me has dejado con la intriga. Un beso enorme! :)
PD: Ahora me paso por tu "blog". :D
Vaya médicos mas malos. Que no tengan que curarnos nuuunca.
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